Una entrevista de trabajo es un momento en el que es habitual concentrar mucho nerviosismo y estrés. Al fin y al cabo, cuando acudimos a una entrevista, tenemos muy poco tiempo para demostrar muchas cosas.

Es habitual no ser capaz de mostrarnos como realmente somos, dado el estado de tensión en el que nos encontramos, aunque, dentro de unos límites, los entrevistadores ya deben contar con ello.

Esta situación puede ir mejorando con la práctica, a medida que una persona se enfrenta varias veces a una entrevista de trabajo. Sin embargo, hay determinados errores que no se deben tanto a los nervios, sino al desconocimiento o a la falta de preparación previa de la entrevista. A continuación, vamos a hablar de algunos de los errores más comunes que pueden darse en una entrevista de trabajo para que tomes nota y puedas evitarlos.

No ser puntual

La falta de puntualidad en una entrevista supone enviarle un claro mensaje negativo a tu entrevistador. Si no conoces el lugar de la entrevista, búscalo con antelación, averigua cómo llegar y cuánto tiempo te llevará. Si vas a necesitar transporte público, entérate del horario, la parada, e incluso el precio, para evitar encontrarte en el último momento con el infortunio de no tener dinero suelto o efectivo suficiente. Si vas a desplazarte en tu propio vehículo, ten en cuenta no sólo el tiempo que tardarás en hacer el trayecto, calcula también el tiempo que necesitarás para aparcar, que dependerá de la zona y la afluencia. Al tiempo que tengas calculado, súmale siempre un tiempo prudencial para imprevistos.

Si por cualquier motivo, a pesar de haber tomado todas las precauciones posibles, no pudieses llegar a tiempo por una razón más que justificada, o de fuerza mayor, contacta cuanto antes con la empresa para comunicarlo. A ser posible, siempre antes de la hora de la entrevista.

Recuerda que sólo tienes una oportunidad de causar una buena primera impresión, así que esfuérzate en no desperdiciarla con algo tan fácil de evitar como es no llegar a tiempo.

Vestirse de manera incorrecta o descuidar nuestra higiene

Nos guste o no, nuestro aspecto determina en gran medida la primera impresión que vamos a dejar en nuestro interlocutor. Por ello, es importante que un vestuario y una higiene adecuada acompañe al resto de nuestro comportamiento y sea coherente con la imagen que queremos mostrar.

De la higiene, no hay mucho que desgranar. Es importante acudir limpios, con buen olor, y evitar presentar manchas en la ropa o con las uñas o el pelo sucio.

La ropa es un tema mucho más abierto, ya que no hay nada escrito al respecto. Lo que nos puede parecer inadecuado en un ámbito, puede ser necesario en otro, y al contrario. En este sentido, es importante informarnos sobre la cultura empresarial de la empresa a la que acudimos, y también conocer el sector de actividad. En cualquier caso, la fórmula que nunca falla, es ser uno mismo. Mantener el protocolo y un código de vestimenta adecuado a la situación, pero siempre fieles a nuestro estilo.

No apagar el móvil o silenciarlo

Piensa que interrumpir la entrevista con el sonido del teléfono, o incluso atender llamadas o mensajes durante el transcurso de la misma, demuestra muy poco interés y falta de seriedad. Lo más adecuado es evitar estas situaciones apagando el teléfono.

Mentir

Un puesto de trabajo requiere un perfil específico. Puedes tenerlo o no, pero fingirlo no te llevará a ninguna parte, ya que no se puede fingir eternamente, y más tarde o más temprano se descubrirá la mentira.

En todo caso, lo más recomendable, es ser uno mismo y mostrarnos tal y como somos. Trata de controlar los nervios para que no te jueguen una mala pasada, pero evita en todo caso fingir ser distinto o mentir sobre tus conocimientos, tu formación, tus cualidades o aptitudes.

Falta de confianza en uno mismo y pesimismo

Preséntate en la entrevista confiando en tus aptitudes y céntrate en tus puntos fuertes y en todo lo que puedes aportar a la empresa. Trata de evitar una actitud pesimista y derrotista, si tú mismo no confías en ti, será difícil que otra persona lo haga.

Mira al entrevistador a la cara y no evites su mirada. No tengas miedo de contar tus aspectos positivos y tus virtudes, pero sin excederte. Del mismo modo que la falta de confianza en ti mismo puede suponer un obstáculo, no hacer uso de la humildad, no dejar de realizar auto alabanzas o exagerar tus aptitudes, también dará un mensaje negativo sobre ti. Busca el término medio.

Presta atención a las preguntas

Tanto por los nervios o por haber preparado la entrevista y estar deseando decir aquello que te dejaba quedar en tan buen lugar, puede ser que te encuentres contestando a algo distinto de lo que te acaban de preguntar, lo que muestra un absoluto desinterés por la entrevista.

Para evitar esta situación, presta atención a lo que te dice tu interlocutor y espera a que haya terminado de hablar antes de contestar. No olvides no interrumpir y esperar tu turno de palabra.

Ahora que ya conoces los principales errores a evitar en una entrevista de trabajo, puedes trabajar para no caer en ellos. Recuerda que no son los únicos, así que usa siempre tu sentido común. Y, sobre todo, no olvides confiar en ti mismo.

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